lunes, 9 de marzo de 2009

TAREA DE PEDAGOGIA


Como músico y prospecto de artista tenemos la dura tarea, que se lleva a cuestas como un madero, de transformar el entorno proponiendo nuevas maneras de leer la realidad. Y digo tenemos solo para repartir la carga de una reflexión tan seria y trascendental entre varios de mis pares por que me parece que asumirla personalmente como reflexión es mucho mas difícil que solamente tocar y esperar mágicamente a que sucedan las cosas.

Todo esto para dudar sobre la forma más correcta de proceder. Si no se hace música no hay transformación ninguna, mientras si se piensa en transformar y se edifica un corpus procedimental faltaría nada más y nada menos que la misma música para lograr cualquier resultado. Pienso que debería existir un medio entre el hacer y el pensar si se espera cualquier tipo de resultado.

¿Como me veo yo dentro de la música occidental? Fuera de cualquier discusión la música es para mí un ejercicio personal que me transforma internamente para luego darla a conocer comunicando su impacto a las demás personas. No me impacienta noche tras noche el saber que haré con mis habilidades técnicas y definitivamente no me veo llorando como un Oscar Wilde preocupado por los alcances de la práctica artística. Si algo es seguro es que me gusta leer, tanto casi como me gusta Michael Jackson, Madonna, Hanson y los Tupamaros, la música es mi espacio de auto-afirmación….

Me gustaría estudiar varias disciplinas y relacionarlas con la música establecer relaciones cada vez mas nuevas y ricas ampliando el marco conceptual de la música como reflexión social e individual. Definitivamente no me veo llenando un auditorio, aunque la música se hace tocando podría practicarla como un ejercicio personal.

Son ya muy lejanos los tiempos en que Menuhin tocaba rodeado de pebeteros adornándole el viaje a los adictos de los sesentas; a los que la altura del sopor no les permitía ver en él un músico que día a día ampliaba la riqueza de su lenguaje musical.

Los Ragas hindúes se aproximan todos los días más a la pobreza del sistema temperado y la hija de Ravi Shankar se cambió el apellido para satisfacer las tendencias de mercado y hoy ocupa un lugar destacado en la música occidental: es la estrella numero uno de MTV Europa.

Definitivamente Gonzalo Arango tenía razón cuando en 1958 decía: “Desde hace quince días Dios no se afeita la barba”.

Los tiempos nuevos necesitan de nuevas afirmaciones y prácticas musicales.

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